Cuando progresivamente iba perdiendo la vista, me surgían una serie de dudas, para mantener la misma autonomía personal.
A la hora de desplazarme por la ciudad, me cuesta localizar los pasos de peatones, cuando las
señales del suelo no están en condiciones.
Es fácil solucionar estos problemas. Con un poco de pintura.
Cuando me enfrento a un paso cebra, tengo la sensación de que aumenta el riesgo a ser atropellado.
Sería bueno , no abusar de ellos y habilitar todos los pasos con semáforos equipados con avisador acústico.
Cuando estoy en un semáforo que no está equipado con el avisador acústico, , me vienen a la cabeza unas cuantas dudas, supongo que las mismas que le pasaría a una persona con una vista sana sí se vendara los ojos por un momento.
¿vienen coches desde la derecha o de la izquierda?
¿El semáforo esta verde o rojo?
Tengo tiempo para pasar, antes de que cambie de color?
Si no hay ninguna persona a mi alrededor, me coge pánico el hecho de cruzar la calle.
Eso se puede solucionar, equipando todos los semáforos con el avisador acústico.
Cuando he de cruzar la calle donde hay un semáforo regulado con un pulsador, no lo puedo localizar.
Este hecho se puede solucionar, programando que el pulsador se active al mismo momento que el semáforo, cuando acciono el mando del avisador acústico. ´
En muchas ocasiones, me ayudan las personas que pasan por mi lado, y gracias a ellas puedo seguir mi camino.
Desde aquí, agradezco su ayuda,
Pero , lo correcto, para no tener que depender de nadie , la ciudad debería ser accesible para todas las personas, independientemente de su grado de diversidad funcional.
Me gustaría que todas las personas con la responsabilidad de la movilidad urbana tuvieran presente este escrito a la hora de diseñar la accesibilidad de la ciudad.
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