domingo, 3 de enero de 2016

Disfuncionalidad sensorial

Desde que tenía 8 años, Juan, llevaba gafas para corregir su miopía.

Cuando jugaba al futbol se tenía que quitar las gafas, por lo que veía  menos que sus compañeros, y estaba en desventaja.

Cuando iba a la playa o a la piscina, lo veía todo borroso, retrayéndose en moverse con soltura.

Cuando estaba en clase tenía muchos problemas a la hora de leer la pizarra, perdiéndose muchas de las explicaciones del maestro.

Tenía una miopía hereditaria y una fragilidad del nervio óptico. Es decir tenía una disfuncionalidad sensorial, pero no se sentía muy discriminado, pues con las gafas lograba  hacer una vida casi normal.

 

Cuando llegó la edad del servicio militar, fue rechazado  por "Inútil total", pero él no se sentía nada inútil.

 

En contra de la opinión de varias personas de su entorno, consiguió sacarse el carnet de conducir y de esta forma, consiguió mucha movilidad.

 

A los 48 años, por motivos de la crisis económica, perdió el trabajo y a consecuencia del estrés, sufrió un desprendimiento de retina y a consecuencia de la operación de la misma, perdió la visión del ojo derecho.

 

Al mismo tiempo se le declararon unas cataratas en los dos ojos, y  a consecuencia de sus operaciones, ha ido perdiendo gradualmente la visión del ojo izquierdo.

Actualmente , con 68 años, tiene un resto visual del 0,025 por ciento.

Ahora, continúa teniendo una disfuncionalidad sensorial , pero si se siente discriminado.

 

A pesar de su estado, lo que le duele más es comprobar que la sociedad no está sensibilizada con las necesidades de las personas con  disfuncionalidad.

 

Para caminar por la calle, necesita el  apoyo del bastón para detectar

los desniveles y obstáculos

Ha de usar un mando para detectar si los semáforos están en verde o en rojo.

 

Gracias a unos programas informáticos accesibles, puede usar los ordenadores que están adaptados.

Pero muchas páginas web y programas todavía no son accesibles y no puede acceder a toda la  información de internet.

Necesita el apoyo de su familia, para llevar a cabo ciertas actividades de la vida diaria.

También precisa de la ayuda de una persona para moverse y orientarse en  espacios que no le son habituales.

Se encuentra discriminado por las barreras arquitectónicas y urbanísticas.

Se encuentra discriminado a la hora de ir a conferencias que usan imágenes sin ser descritas.

 

Con la ayuda del Iphone, puede comunicarse con facilidad con su familia y amigos.

No puede participar en el Hogar de ancianos, pues no se organizan actividades adaptadas a sus necesidades.

Pero Juan, es un hombre soñador, y confía en un mañana mejor.

 

Espera que se erradiquen las palabras negativas y peyorativas, como discapacidad, invalido,  incapacitado , inútil total etcétera.

 

La vida es más agradable con palabras más amables.

 

Propone usar palabras positivas  para referirnos a las personas con disfuncionalidad.

Apuesta por un mundo  accesible para todas las personas.

Reivindica un trato digno para todas las personas con disfuncionalidad.

Desea que la sociedad  acepte  a todas las personas con su diversidad funcional y les brinden su solidaridad y ayuda, para que consigan, una vida lo más plena y satisfactoria posible.

Que el mundo científico respete el derecho a la vida  de todo ser humano.

 

El problema no está en la disfuncionalidad sino en el comportamiento de la sociedad.

Si los espacios, edificios  , los productos y servicios  respetasen la accesibilidad universal, la vida sería más fácil.

 

Si los actos lúdicos populares se organizaran pensando en las necesidades de las personas con diversidad funcional, éstas, podrían disfrutar y participar  de la vida ciudadana.

 

 

4 comentarios:

  1. Jordi, te felicito, muy bien escrito y descrito.
    He intentado suscribirme por correo, pero el proceso pasa por la resolución de un catcha y no puedo verlo.
    Sigue adelante porque el contenido es muy interesante.

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    1. si tienes cuenta en gmail, puedes seguirlo desde el escritorio de tu cuenta de blogger. solo inicia sesión de gmail y vete a blogger.

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  2. Muy bien explicado, Jordi. Es un problema común a todos lo que sufren alguna discapacidad, la falta , no ya se solidaridad -que la gente sí acostumbra a ser solidaria cuando se encuentran con alguien que no se puede valer como ellos-sino la falta de previsión para adecuarlo todo a las necesidades de estas personas de forma que no molesten a las personas "normales" pero faciliten la movilidad a los discapacitados(de momento no sé otra palabra). Por ejemplo: La colocación de rampas de acceso a la entrada de todos los edificios que lo necesiten y la obligatoriedad de que el ascensor de las fincas llegue hasta la planta baja, es decir a ras de acera, y no haya escalones por enmedio. Eso facilitaría el acceso tanto a invidentes como a personas en silla de ruedas y no afectaría para nada al resto de usuarios. Si la Sociedad previera cosas tan simples como esta a la hora de construir o adecuar lo ya construido, solo con esas pequeñas cosas a las personas como el protagonista de tu artículo o a mi hijo (en silla de ruedas) se les estaría proporcionando una mayor calidad de vida. Pero la mayoría de nuestra Sociedad no se preocupa de prever todo esto sencillamente porque no les ha tocado ni ven probable que les vaya a tocar, una Sociedad que sí, es solidaria, pero de manera puntual, cuando se encuentran con alguien concreto que precisa ayuda, pero no está, por decirlo así, grabado en nuestro código genético ni siquiera en nuestra conciencia, como lo está por ejemplo la idea de no matar a nuestros semejantes (al menos en la gran mayoría de nosotros). Enhorabuena por tu artículo y ya te iré siguiendo. Un abrazo.

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  3. El caso en la infancia de Juan, era el mío también. aunque sufrí de atrofia en el nervio por otro medio, se parece mucho. Armando Quintanilla

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